Poemas
DEL VIVIR
Todos tenemos la espada de Damocles suspendida. Por un hilo nuestra vida sólo está garantizada. Tanta y tanta fantasía amando el deslumbramiento y basta un soplo de viento para acabar la porfía. Tener suerte buena o mala es misterio del Destino, porque al final del camino la muerte a todos iguala. Y aunque el espíritu advierte que en el mundo igual finamos, todos igual nos llevamos nuestra armonía a la muerte. No nos seduzca la fama que la libertad limita. Lo que el alma solicita es bañarse en la infinita luz de la Divina Llama... Paco Mollá